En los últimos 11 años, los resultados de la misión Gaia han revolucionado nuestro conocimiento sobre la Vía Láctea, ofreciendo un nivel de detalle sin precedentes. Este observatorio espacial ha cartografiado con extrema precisión las posiciones, movimientos y fotometría de más de mil ochocientos millones de estrellas, proporcionando una visión tridimensional de nuestra galaxia. Gracias a Gaia, ahora entendemos mejor la estructura espiral de la Vía Láctea, los procesos de formación estelar y las interacciones gravitatorias con otras galaxias cercanas.
Los datos han revelado sorprendentes ondulaciones en el disco galáctico, probablemente causadas por encuentros con galaxias satélite como la Sagitario. También han permitido identificar cúmulos estelares, corrientes de estrellas y patrones de movimiento que nos cuentan la historia dinámica de la Galaxia. Además, Gaia ha mejorado significativamente nuestras mediciones de distancias y masas estelares, lo que impacta directamente en una mejor comprensión de la evolución estelar.
En esencia, Gaia no solo ha transformado la astrofísica, sino que ha permitido a la humanidad explorar con mayor claridad su hogar galáctico, abriendo nuevas preguntas y desafíos en nuestra búsqueda por comprender el cosmos.