Esta escena de intensos colores muestra la gigantesca nube de gas brillante y polvo llamada NGC 2359. También conocida como la nebulosa del Casco de Thor, muestra dos brazos de gas en forma de arco emergiendo del núcleo central y curvándose hacia el margen superior derecho de la imagen, creando una forma que recuerda al casco del dios nórdico.
os colores de neón de esta imagen no solo son bellos, sino que revelan la composición de la nebulosa. Las regiones azul brillante muestran la emisión en rayos X, observada por las cámaras EPIC a bordo del observatorio espacial XMM-Newton de la ESA, mientras que el rojo pálido y el verde corresponden al brillo del hidrógeno y oxígeno ionizados, vistos desde el Observatorio Interamericano de Cerro Tololo (Chile).
La intensa emisión en rayos X detectada por XMM-Newton emana de la estrella situada en el centro de la nebulosa. Se trata de HD56925, una estrella vieja y masiva de tipo Wolf-Rayet que expulsa grandes cantidades de material a un ritmo asombroso: pierde una cantidad de masa equivalente a la del Sol en menos de cien mil años a través de un viento que se mueve a velocidades mayores de 1500 kilómetros por segundo.
Esta intensa actividad ha influido en la peculiar forma de NGC 2359. La nebulosa consiste en una burbuja central rodeada de un entramado de filamentos gaseosos, oscuros canales dibujados por el polvo y estallidos brillantes producto del choque del material barrido por el viento estelar con el gas circundante, lo que genera ondas de choque que se extienden por la región.
Las zonas azules delimitan las regiones más calientes de la nebulosa, la burbuja central y el estallido en la parte inferior izquierda. Se cree que el gas en NGC 2359 puede alcanzar temperaturas de entre varios millones hasta decenas de millones de grados.
Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC)
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