Hoy en día existe una creciente evidencia de que la evolución de las galaxias masivas está vinculada a su actividad nuclear. Esta evidencia se apoya en: 1) las similitudes entre la evolución de la densidad de luminosidad QSO y la tasa de formación de estrellas; 2) la estrecha correlación entre la masa del agujero negro y la dispersión de velocidad estelar bulto.
Estos resultados implican que la creación y evolución de una BH (presumiblemente asociada a un QSO) está íntimamente ligada a la de la protuberancia galaxia. Los modelos de evolución de galaxias jerárquicas pueden explicar estos resultados como consecuencia de los procesos de fusión de galaxias que impulsan el gas en las regiones nucleares y desencadenar tanto la formación de estrellas y la actividad AGN. Sin embargo, algunos ingredientes adicionales se deben considerar en la formación y evolución de las galaxias, en particular, si queremos entender el "efecto de reducción". De hecho, los procesos de retroalimentación y salidas de los destellos y los agentes pueden tener un fuerte efecto en la evolución de las galaxias. Las salidas pueden conducir gas ionizado caliente fuera de las regiones centrales de las galaxias y saciar efectivamente la formación de estrellas. Si es así, las salidas pueden ser el ingrediente clave en los modelos jerárquicos para explicar por qué las galaxias más masivas parecen estar formado en alto desplazamiento al rojo y tienen la población estelar más vieja.